El reclamo salarial de la gendarmería atenta contra su disciplina y eficacia represiva, los trabajadores deben alentar esta dinámica

12.02.2025

Por Ernesto Buenaventura

Este lunes, un gendarme en el Aeroclub de Orán, Salta, increpó, casi llorando, a la ministra Patricia Bullrich: "Doctora, yo vuelvo a mi casa y no hay para comer. De manera asombrosa, la ministra contestó: "Ud. tiene que confiar… El gobierno está haciendo un esfuerzo grande, el uno por ciento, más el uno y medio, más el cinco por ciento de aumento. Nadie recibe eso. Camioneros cerró en el uno por ciento. (Página 12, 11 de febrero)

El gendarme le respondió, según este mismo medio: ¿Cinco por ciento? No es nada eso doctora. La misma respuesta que habría obtenido de boca cualquier asalariado, que, a pesar de las cifras oficiales, sabe que la inflación, la real, la que afecta a los trabajadores y al pueblo, no solo no ha bajado, sino que continúa subiendo. Así lo indican los precios de los supermercados, almacenes y comercios en los que la mayoría gasta casi todo el salario.

A la misma hora, en el puerto de Buenos Aires, frente a la sede central de la Gendarmería, se convocó un grupo de familiares -casi todas mujeres- de los efectivos. La movida derivó en una especie de sentada en las escalinatas del Edificio Centinela, al grito de "sueldos dignos", "es una vergüenza". El grupo exhibió algunos carteles en los que insistían con que a los gendarmes les resulta imposible pagar los alquileres porque los trasladan de sus ciudades de origen… (Página 12, 11 de febrero)

El gobierno, que está constantemente en crisis debido a las purgas y enfrentamientos internos, tiene ahora un problema mucho más grave, ya que comenzó a explotar la bronca contra el plan de ajuste entre los uniformados de la columna vertebral de esta política y del mismísimo Estado capitalista. Un proceso, que, de continuar y profundizarse, atentará contra un principio estatal básico, que es, en definitiva, el que hace funcionar a las fuerzas del "orden", su disciplina.

Esta es una buena noticia para los trabajadores, que deben alentar a que la indisciplina se mantenga y convierta en estado asambleario, un espacio en el cual los gendarmes rasos sobrepasarán y desacatarán, aunque sea episódicamente, las órdenes de sus mandos. Siempre es mejor enfrentar a un ejército dividido y desmoralizado, que a uno en el que la mayoría cumple a rajatabla las órdenes de arriba. Por si esto fuera poco, la ministra Bullrich ha salido a debatir -por la fuga de presos en Caballito- con uno de sus aliados del PRO, el ministro de seguridad de CABA, Waldo Wolff.

La motosierra creará, de manera objetiva, conflictos obreros relacionados a la necesidad de mantener un nivel de vida más o menos digno. Si avanza el desorden dentro de las fuerzas represivas, estas luchas contarán con un marco más propicio, y, por lo tanto, podrán extenderse, endurecerse y triunfar. Para que eso ocurra, el activismo combativo debe incentivar el cuestionamiento y la desconfianza de los uniformados hacia sus mandos y el gobierno, además de preparar los piquetes y otras herramientas organizativas, con las que garantizarán la defensa efectiva de las luchas y los luchadores.

Fuente:

https://convergenciadecombate.blogspot.com/2025/02/el-reclamo-salarial-de-la-gendarmeria.html