LA VULNERABILIDAD DE LOS OBSECUENTES

06.04.2025
Vicman
Vicman

Por Alejandro Olmos Gaona

Ciertos personajes de la historia, han tenido infinidad de sujetos que medraban a su alrededor para obtener beneficios, y fueron utilizados por aquellos para quienes trabajaban, o mejor dicho servían, recibiendo como contraprestación prebendas de diversa significación, como dinero, tierras, grados militares, y una cierta influencia política otorgada por el amo, para que operaran en su beneficio. También eran parte de su circulo más reducido, y siempre se vanagloriaban de su cercania con aquel que ejercia el gobierno. 

Quizás nunca se daban cuenta, que los que tienen el poder, aunque necesitan de estos servidores, les tienen un profundo desprecio, porque saben a los límites que son capaces de arrastrarse con tal de quedar bien con aquel al que sirven. No contradecirlo nunca, cultivar la obsecuencia como una de las bellas artes, ejercer su defensa a pesar de las tropelías que pueda cometer, y siempre ejercer la justificación de sus politicas, ya que es la manera de permanecer a su lado y gozar de algún tipo de influencia.

Ese desprecio se puede manifestar de diversas maneras, hasta que se cansan de estos sujetos con vocación de mucamos, y los echan de su lado sin ninguna contemplación. 

En el actual gabinete, hay muchos de ellos, cuyas convicciones si las tuvieron fueron dejadas de lado para acompañar y justificar cualquier cosa que haga o diga MIlei. Bullrich, Petovello, Cuneo Libarona Y Adorni son un ejemplo, y alguien quizas un poco más respetable que ellos como el jefe de gabinete, también se transformó en personal de servicio del presidente. Así son sus habituales declaraciones, donde la hojarasca dialéctica, apenas puede encubrir la falta de fundamento de todo lo que dice.

Pero ocurre, que el presidente Milei tiene las mismas características de sus ocasionales vasallos, y desde que asumió al gobierno hizo todo lo posible para convertirse en una especie de servidor de Donald Trump, arrastrandose de todas las maneras posibles, para obtener su reconocimiento. Desde ordenar que se vote como lo hace EE.UU. en la ONU, hasta justificar todas las medidas que adopta el mandamás estadounidense, aunque dañen a la Argentina. Su peregrinaje a EE.UU. desde que asumió para que el amo Trump le concediera unos minutos o unas palmaditas, demuestra su grado de obsecuencia. Su desesperación por ser tenido en cuenta lo llevó a hacer 7 viajes a ese país, aunque le tenga sin cuidado lo que ocurre en las provincias argentinas, no solo en las más ricas, sino en las más pauperrimas y necesitadas de políticas públicas que les permitan desarrollarse. No a viajado, a ninguna de ellas, excepto para algún acto ocasional como el 9 de julio en Tucumán hace casi un año.

El miércoles a la noche viajó a EE.UU. nuevamente con su ladera, la Secretaria de la Presidencia, de la cual no puede despegarse, porque quizás sin ella no puede comportarse adecuadamente ante figuras públicas con las que se ve, y necesita de su acompañamiento. Utilizar fondos públicos para recibir un premio es algo recurrente en él, pero en este caso, como también lo iba a recibir Trump, se largó en un viaje desesperado para verlo, implorarle su ayuda para el credito del FMI, y sacarse la ansiada foto. Lamentablemente para él, Trump mostro su desprecio por este sirviente latinoamericano que se arrastra, y no se tomo el trabajo ni de recibir el premio, ni siquiera para verlo unos minutos. LLegó a su casa en Mar del Lago y se fue a dormir, ignorando los premios y dejando a Milei solo con sus ganas y sus frustraciones, que seguro descargará sobre la casta o los periodistas.

El gran Fu Lao Chang, siempre hablaba de la importancia de los símbolos, y en este caso el desprecio de Trump es una clara muestra de como considera a su ocasional servidor. Lo lamentable, es que ese vasallo es el presidente de la Nación, y nuestra patria no se merece tener un sujeto de estas calidades.