Los aerogeneradores sin aspas que salvarán millones de vidas
Una revolución en Argentina

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Por Horacio Muñoz de Toro
Evidentemente, hay dos segmentos de conciencia, dentro de los desarrollos que apuntan a la energía. Uno mayoritario, que elije sistemas rentables, sin tener en cuenta la sustentabilidad de la vida, como es el caso de los hidrocarburos, (convencional, off shore y fracking), las represas y el absurdo de la energía nuclear; y por otro lado un avance silencioso de quienes apuestan a respetar Ecosistemas y Vida, como en este caso, la energía que desarrolla el artículo de la presente opinión.
Entendemos que el segundo grupo, el de los conscientes por la vida en la actualidad, se ve avasallado por los intereses del capital financiero internacional y no es casualidad desembocar en esta conclusión ya que son los mismos que en los países oprimidos o dependientes como la Argentina, no dudan en hacer lobby a empresas extranjeras que cuando logran establecerse dejan contaminaciones, pobreza y compromiso en los recursos primarios.
Debemos reaccionar como sociedad y reclamar a las diferentes estructuras para que ejerzan los contralores y el respeto a leyes ambientales existentes y tratados interamericanos como el acuerdo Escazú (1), al cual hemos adherido. Como País (2)
somos frágiles de memoria, evidentemente, pero respecto al Fracking (3), (una técnica prohibida en muchas partes del mundo), tenemos denuncias de terremotos y de contaminaciones en Vaca Muerta, Argentina (4), a las que no debemos dar la espalda.
Y si hablamos del petróleo off shore y continental, también sobran las denuncias sobre hechos que han lastimado a los ecosistemas, en muchos casos irreversiblemente (5).
Algunos científicos vaticinan con suerte llegar con vida sobre el planeta al 2050, otros son más fatalistas, pero nosotros somos los únicos responsables, no solo de apoyar los sistemas limpios y perdurables como los que propone el artículo sino por resguardar a quienes defienden minoritariamente el equilibrio de la vida con la naturaleza y que son
los pueblos originarios, cuyas protestas son criminalizadas, pero deberían ser masivamente apoyadas y defendidas por todos, ya que con su sabiduría ancestral, son los que han vivido miles de años sin perjudicar el hábitat ni los bio sistemas.
Pretendemos entonces, hacer un llamado al despertar de una conciencia superadora, que deje un mejor mundo a las nuevas generaciones, que tienen los mismos derechos de disfrutar de este camino que llamamos vida. De no lograrlo, seremos los únicos culpables que hemos permitido la auto extinción de nuestra raza.
