Por Fabián Ranieri

Muchos se preguntarán por qué sucede cada tanto esto con las ballenas. Agunas de las causas podrían ser:

► Por desnutrición y abandono de crías en especial por madres primerizas.

► Ataques de depredadores o pánico al escapar de los mismos. 

► Factores ambientales: las mareas extraordinarias, tormentas, huracanes,         terremotos, erupciones volcánicas submarinas.

Creo que otra de estas razones es producida por las erráticas acciones humanas, acciones que provocaron cambios bruscos en las temperaturas de las aguas oceánicas, experimentos nucleares y accidentes, como es el caso de Fukushima que eliminó millones de litros de agua al océano haciendo que que la contaminación perdure por 24 mil años.

Como si eso fuese poco, al mal obrar del hombre se suman las pruebas de bombas atómicas detonadas sobre el mar, las guerras permanentes, los barcos con fugas que terminan arrojando combustibles a las aguas, la contaminación industrial que es provocada por arrojar sustancias químicas sin procesamiento  a los ríos que luego desembocan en el mar.

La hipocresía del poder y sus intereses egoístas no pretenden cambiar este rumbo de destrucción, por lo que quizás, este baramiento sea un aviso que la naturaleza nos da, alertándonos de que posiblemente  mañana, no sea un varamiento de ballenas, sino nuestra propia extinción por no haber aprendido a valorar a este hermoso planeta que se nos prestó para hacer esta experiencia que llamamos vida y que deberíamos cuidar con una mayor conciencia.

Queda poco tiempo para cambiar de hábitos y entender que lo que nos puede pasar es extinguirnos. Hoy es un buen día para plantearlo, aunque las víctimas, por ahora como dice la noticia, sean las ballenas.