Milei: 2024 de ajuste y superávit... ¿2025 de expansión y desinflación?
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POR SANTIAGO REBOLLINI
El Gobierno de Javier Milei proyecta cerrar el 2024 con un superávit primario del 1,9% del PBI, lo que implica un superávit fiscal total de 0,3% al incluir los intereses. Este logro, tal como destacan desde Facimex, marca un hito histórico, siendo la primera vez desde 2008 que Argentina consigue equilibrar sus cuentas públicas, gracias a un ajuste fiscal de dimensiones inéditas tanto a nivel local como internacional.
Según el equipo económico, este equilibrio fiscal fue determinante para estabilizar las expectativas y ordenar la macroeconomía. Sin embargo, el desafío principal será sostener este escenario en 2025 para consolidar los avances obtenidos.
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¿Superávit en 2025?
El punto de partida fiscal del próximo año estará marcado por un deterioro inicial del 0,45% del PBI. En cuanto a los ingresos, el impacto neto será prácticamente neutral (-0,08% del PBI), ya que convivirán factores que reducirán y aumentarán los recursos fiscales.
Por el lado del gasto, se prevé un incremento del 0,37% del PBI debido a distintos factores contrapuestos.
Entre las principales variables que influirán en los ingresos fiscales, se destacan:
- La eliminación del Impuesto PAIS, que reducirá los recursos en 1,08% del PBI.
- Ingresos extraordinarios de 0,33% del PBI provenientes de blanqueos y moratorias implementadas.
- Un incremento temporal en la recaudación del impuesto a las ganancias de empresas por la devaluación de 2023 (0,24% del PBI) y la reversión del impuesto para personas físicas (0,20% del PBI), según estimaciones del IARAF.
- Un aporte de 0,51% del PBI gracias al crecimiento económico, que impactará positivamente en impuestos relacionados con la actividad y el empleo.
- La normalización de los derechos de exportación, que sumarían 0,46% del PBI tras corregir las distorsiones generadas en 2023.
- Aportes adicionales del impuesto a los combustibles y el monotributo, que representarían 0,34% y 0,05% del PBI, respectivamente.
Por el lado del gasto, se anticipan los siguientes movimientos:
- Un incremento del 0,59% del PBI en el gasto social debido a la fórmula de movilidad automática vinculada a la desinflación.
- Un ahorro marginal de 0,03% del PBI con la eliminación de pensiones por invalidez.
- Una reducción en subsidios energéticos de 0,19% del PBI, impulsada por la baja en costos de generación y la entrada en operación de nuevos gasoductos.
Ajustes previstos para el 2025
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Con un superávit primario proyectado del 1,45% del PBI, no se identifican riesgos significativos para mantener el equilibrio fiscal en 2025. No obstante, el ajuste será más moderado que en 2024, pasando de la "motosierra" al "bisturí".
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El gasto de capital tocará mínimos históricos de 0,4% del PBI, comparables con los niveles observados en la crisis de 2001-2002. Asimismo, las transferencias discrecionales a las provincias se reducirán al 0,2% del PBI, el menor nivel desde 1993. Este recorte se explica, en parte, por los compromisos asumidos con la CABA respecto a la coparticipación, lo que limita las posibilidades de seguir ajustando este rubro.
En materia social, las restricciones para reducir el gasto continuarán debido a la indexación de las jubilaciones y pensiones. Sin embargo, el gobierno podría recortar gradualmente programas sociales creados durante la pandemia, que representan un 1,5% del PBI, siempre que las condiciones sociales lo permitan.
También se anticipa una reducción progresiva de los subsidios energéticos a medida que mejore el salario real, concentrando los ajustes tarifarios en la primera mitad del año, alejándolos de las elecciones.
Además, se proyecta una disminución en el déficit operativo de las empresas públicas, que actualmente alcanza el 0,4% del PBI.
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Políticas tributarias y competitividad exportadora
El equipo económico de Milei buscará utilizar el margen fiscal generado para implementar reducciones impositivas, priorizando los tributos que afectan el comercio exterior y aquellos considerados distorsivos.
En el caso del sector agroexportador, se espera una baja gradual en las retenciones. Según las estimaciones, una reducción de 10 puntos porcentuales en las retenciones al complejo oleaginoso podría mejorar la competitividad del sector en un 15%, con un costo fiscal manejable de 0,4% del PBI.
Otra alternativa en análisis es focalizar estas reducciones en exportaciones incrementales con respecto a los niveles de 2024, aunque esta medida presenta mayores desafíos de implementación.
De mantenerse la recuperación económica, también podrían revisarse impuestos como el de Créditos y Débitos, que impactan negativamente en la actividad productiva.