CARTAS - SEGUNDA PARTE
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Continuamos con la segunda parte de las cartas escritas por los caciques, hoy compartimos las cartas que escribieron Mariano Rosas y Pincén.
Por Mirtha Susana Rodriguez y Estela Casado
Diálogos mantenidos entre Mariano Rosas a través de los lenguaraces, dando la bienvenida a Lucio V. Mansilla, que oficiaba de Comandante de Frontera en la Presidencia de Sarmiento
Del 30 de marzo al 17 de abril de 1870
"Sr. dice el Gral. Mariano que ya lo va a recibir, que quiere darle la mano y abrazarlo, que se de la mano y abrace a sus capitanejos para que en todo tiempo lo conozcan y lo miren como amigo, al hombre que les hace el favor de visitarlo, poniendo en ellos tanta confianza."
"Hermano aquí en mi toldo puede entrar a la hora que guste con confianza de día o de noche. Está en su casa. Los indios somos gente Franca y sencilla, no hacemos ceremonias con los amigos, damos lo que tenemos y cuando no tenemos pedimos"
"Yo hermano quiero la paz, algunos no lo han querido, pero les he hecho entender que nos conviene. Si me he tardado tanto en aceptar lo que Ud. me proponía, ha sido porque tenía muchas voluntades que consultar. En esta tierra el que gobierna no es como entre los cristianos, allí manda el que manda y todos obedecen. Aquí, hay que arreglarse primero con los otros caciques, con los capitanejos, con los hombres antiguos. Todos son libres y todos son iguales"
"Yo cuento con Ud. porque veo que sino quisiera a los indios no habría venido a esta tierra.
"La tierra es nuestra, todos estos campos son nuestros.....si Ud. viniera a establecerse entre los indios, el pedazo de tierra que ocuparía sería suyo.....
Continuidad del diálogo en oportunidad de la proyectada llegada del ferrocarril:
"Mire hermano porque no me habla con la verdad, porque no es franco, Ud. me ha dicho que nos quieren comprar las tierras para que pase por El Cuero un ferrocarril. Y ud. me pregunta que daño les resultará a los indios de esto.....que después que hagan el ferrocarril dirán los cristianos que necesitan más campos al sur y querrán echarnos de aquí, y tendremos que irnos al sur de Río Negro, a tierras ajenas, porque entre esos campos y el río Colorado o el río Negro no hay buenos lugares para vivir. Ud dice que eso no va a suceder si observamos honradamente la paz; no hermano, si los cristianos dicen que es mejor acabar con nosotros.....Ud. dice que no hay inconveniente en que sigamos viviendo aquí si cumplimos nuestros compromisos.....hermano en Ud. yo tengo confianza ya se lo he dicho, arregle las cosas como quiera....."
Conviene aclarar:
Mariano Rosas que estaba muy informado, buscó en su bolsa donde guardaba los recortes de diarios, cartas oficiales, borradores hasta que llegó a un ejemplar del diario La Tribuna de Buenos Aires, en él había un artículo sobre EL GRAN FERROCARRIL INTEROCEANICO y se lo alcanzó al Coronel, diciéndole:
lea hermano".
Continúa diciendo:
"Mi deber es velar por la felicidad de todos, yo no les impongo jamás, entre los indios no sucede como entre los cristianos donde el que manda, manda".
"Tenemos que ir al malón para vivir. Uds. dicen que nosotros robamos lo ajeno, pero Uds. los cristianos nos quitan las tierras y nuestros ganados. Ud. dice que la tierra no es de los indios. ¿Cómo no va a ser nuestra cuando hemos nacido en ella?"......
"Recién voy a dar cuenta a mis indios de lo que hemos arreglado y lo que ellos decidan eso se hará"
Carta de Catrinao Pincen al jefe de frontera Coronel francisco Borges - Presidencia de Sarmiento
12 de Mayo de 1873
"Así es Sr. Ud. vea que quisimos tratar de todo corazón y solo esperamos que Ud. cumpla con nosotros, como jefe de frontera y yo no le he de faltar a Ud. ni tampoco mis indios a mi mando y también espero en Ud. que no ha de fallar. No sea cosa que me quiera quitar los campos como lo están haciendo con nuestro Gral. que le quieren quitar Carhué".
Carta de Pincén a Hilario Lagos, jefe de la frontera norte durante la presidencia de Domingo Faustino Sarmiento , donde le reclama las entregas de mercaderías acordadas con el gobierno y que no llegan a destino
Enero de 1874
"Compadre, yo estoy haciendo las paces con Ud. por eso no invado por ese lado....por eso tiene viva la gente de sus fortines, porque si yo no quisiera la paz, mi gente hace tiempo hubiera invadido"
Segunda parte de la carta:
"Yo no sé porque quiere Ud. sacarnos de mi tierra. Yo no le he quitado su pueblo, yo estoy en tierra propia y Ud. sí que está en tierra ajena y en cuanto se descuide ha de tener que salir de ese pago"
Carta de Pincen al Coronel Villegas durante la Presidencia de Nicolás Avellaneda donde le reclama por los indios cautivos y ratifica su voluntad de paz, y explica porque los indígenas reaccionaron con violencia frente al avance de los cristianos
29 de noviembre de 1877
"Yo quisiera entrar en los arreglos de paz pero se les debe cumplir a mis caciques....en cuanto a lo que me dice que los indios son invasores, le diré que yo soy invasor, que mis indios aprendieron a invadir y a robar pero es por la misma necesidad, por lo que nos vienen tomando campos y además por la pérdida de familias; así pues he tomado mi consejo por las ideas de caciques antiguos y somos gustosos de querer ser amigos con el superior gobierno"
Carta del cacique Pincén al Ministro de guerra Adolfo Alsina, informándole que había entablado diálogo de paz y sus condiciones para firmar el tratado durante la presidencia de Nicolás Avellaneda
24 de diciembre de 1877
"Tanto el cacique Nahuel Payún como yo, nos disponemos a mandar nuestras comisiones a Buenos Aires ante el superior Gobierno Nacional y ante S.E. a fin de unirnos al tratado de paz celebrado por el cacique General don Manuel Namuncurá.
No queríamos cerrar este breve ciclo de cartas, sin hacerles conocer muy brevemente las directivas escritas también, por los co-protagonistas de esta historia, básicamente los colonizadores y posteriormente el Estado Argentino, por eso vamos a contextualizar la situación en ese momento de la misma.
Cuando los ranqueles se desmembraron en diversos asentamientos y de los cuales provendría parte de la población de la Pampa central a partir de 1882, los aborígenes no fueron considerados como esclavos por la corona española sino como vasallos libres y esta relación de servidumbre requería pago de tributo y trabajos duros durante la colonia.
El tributo era considerado como un reconocimiento de su situación de súbditos a la corona debiendo pagar a sus conquistadores por los supuestos beneficios obtenidos de quienes se consideraban portavoces de la civilización y religión verdadera. Una vez consolidada su dominación, la administración nacional estableció normas de vida afines al modelo occidental y cristiano.
La condición de vasallos libres se contradijo con la subordinación en los hechos, sustentada en la atribuida inferioridad de los originarios.
Esta valoración se puede ver en el mensaje que el Presidente Nicolás Avellaneda presentó en 1873 al Congreso Nacional, citado por Estévez:
"ES INUTIL RECORDAR EN ESTE MOMENTO LO QUE SE HA ESCRITO DURANTE LOS ULTIMOS AÑOS SOBRE LAS RAZAS INFERIORES DESTINADAS IRREVOCABLEMENTE A SER ABSORBIDAS Y DEVORADAS POR LAS RAZAS SUPERIORES, UNICAS CAPACES DE FUNDAR SOBRE EL TERRITORIO NUEVO EL ASIENTO DURADERO DE SU ESTABLECIMIENTO SOCIAL".
El 30 de abril de 1879, Roca dictó una orden General a los jefes que tuvieran indios a cargo:
" YA SEA EN SERVICIO, EN CALIDAD DE AMIGOS O PRISIONEROS, PONGAN EL MAYOR CUIDADO EN QUE ESTOS SE SUJETEN A LAS BUENAS COSTUMBRES DE LA CIVILIZACIÓN, PROHIBIENDOLES ABSOLUTAMENTE EL CASAMIENTO CON DOS O MAS MUJERES Y LAS DEMAS CEREMONIAS DE LA TRIBU QUE OFENDAN DE CUALQUIER MODO LA MORAL Y LA DECENCIA, PARA CUYO CUMPLIMIENTO USARAN, NO SOLO EL BUEN CONSEJO, SINO Y TAMBIEN, DE MEDIDAS REPRESIVAS SI FUESE NECESARIO"
-archivo general de la Nación, legajo 115, Julio A. Roca, p.10, informe para la memoria de guerra y mariana (1879)-
Así damos por concluida esta breve reseña de la situación de nuestros pueblos originarios que habitaban la región PAMPA Y PATAGONIA que como hemos dicho, resulta necesario conocer, pero en todas sus aristas y no solamente en las versiones contadas por la historia oficial que nos transmitieron siempre con otros propósitos.
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N D R:
Duele, duele mucho comprender como fueron las cosas, cómo fuimos infiltrados y colonizados en todos los aspectos hasta el punto en que hoy, seguimos viendo a los pueblos originarios como los describiera Nicolás Avellaneda, "RAZAS INFERIORES DESTINADAS IRREVOCABLEMENTE A SER ABSORBIDAS".
Como dice la canción " ....Si la historia la escriben los que ganan, eso quiere decir que hay otra historia..."